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MLP Fim Tiempos Oscuros Capitulo 2; Dia de Apples
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Lobezno
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MLP Fim Tiempos Oscuros Capitulo 3; Rosa y negro

Jains Rander 04 Ultimas verciones

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Keywords dragon 139306, pony 102663, oc 72243, unicorn 29031, magic 23602, mlp:fim 12593, earth pony 12188, alicorn 10320, gore 9858, fanfic 1554, mistery 62
Capitulo 3: Rosa y negro

En el castillo de Ponyville, la princesa de la amistad yacía dormida en sus aposentos. La Alicornio se movía de lado a lado de la cama, movía sus cascos de un lado a otro.
  – n… he-de nno…. – Twilight balbuceaba cada vez con mayor intensidad y se movía de forma aun mas frenética – no… ¡no! ¡Basta! ¡Deténganlo! – grito finalmente la Alicornio antes de caerse de su cama.
  – ¡ouch! – Twilight pasa un casco por su cabeza.

Se levantó de la cama dolorida y con profundas ojeras surcando sus ojos los mismos que estaban inyectados en sangre, su melena estaba despeinada y una sensación general de cansancio se trasmitía en todos sus movimientos.
 La joven Alicornio fue directo al baño, empezó su rutina de la mañana, limpiándose la cara y cepillándose los dientes. Luego de eso se fue a la cocina y se preparo un desayuno sencillo, una taza de café con unas tostadas y un poco de mantequilla.
 Cargando su desayuno se marchó hasta la biblioteca del castillo y ahí tomo asiento, dejo su desayuno a un costado y tras lanzar un perezoso suspiro, un aura mágica de color amatista iluminó su cuerno y muchos libros de distintas secciones de la vasta biblioteca abandonaban sus lugares para poder desplazarse hacia Twilight.
 Una vez termino de acumular libros, la joven princesa se dispuso a leer al tiempo que ingería su desayuno.

Twilight estaba sumergida en su lectura, el sonido de las hojas pasándose una detrás de otra era lo único que hacía eco en la habitación…

 Una serie de pequeños pasos se hacían presentes y avanzaban hacia la Alicornio.
  – Twilight ¿qué haces aquí? Aun no es de día – preguntó Spike a espaldas de la Alicornio morada.

  – Lo sé Spike... Tuve otra pesadilla – respondió la princesa sin despegar la vista de su libro.

 – Y… ¿no probaste ya un hechizo para tener mejores sueños? – pregunto Spike a la Alicornio.

  – Lo intenté Spike y barias veces… - la joven Alicornio hizo una pausa y tomó un suspiro - pero esos sueños siguen llegando –  respondió Twilight con un deje de frustración.

  – ¿por qué no hablas con la princesa Luna? Después de todo, los sueños están en su jurisdicción ¿no? – propuso el bebé dragón.

  – preferiría no tener que molestarla con esto, ni a ella ni a las demas. – respondió Twilight.

  – entonces ¿seguirás buscando una solución entre tus libros? – cuestiono Spike.

  – Ya descarté todo lo razonable para que esto ocurra – dijo Twilight. La Alicornio cierra el libro que leía y rápidamente lo remplaza por otro – la única explicación es que estos sueños tengan una razón mística – analizó la poni.

  – ¡¿dices Co…cómo premoniciones?! – preguntó Spike sorprendido.

  – no es tan extraño. La princesa Celestia me ha contado que numerosas veces tuvo premoniciones en sueños – respondió la princesa de la amistad. Da vuelta a una página – quizás sea otra parte de mi naturaleza como Alicornio a la que debo acostumbrarme – especulo Twilight.

  – pero ¿al menos recuerdas algo de esos sueños? – pregunto Spike rascándose la cabeza.

  – Antes no lograba recordar nada después de despertar, pero… últimamente – respondió Twilight. Múltiples imágenes atravesaron su mente como relámpagos – tengo la impresión de que, algo… algo horrible se aproxima, no sé que es, pero siento que me supera por completo – alego la Alicornio, mientras sujetaba su libro de forma temblorosa e intentaba mantener la calma.

Spike se apresuró y saltando al banco en el que ella estaba sentada se abraso fuertemente a esta. Twilight le correspondió el abraso con sus cascos y alas y fundidos en ese gesto la poni derramó unas lagrimas…

 – Tengo miedo Spike y no puedo explicar porqué – dijo la princesa de forma casi quebrada y en tono tan sutil que parecía un susurro.



Tras barios minutos el fraternal abrazo se rompe…
  – gracias Spike, creo que de verdad necesitaba eso – dijo Twilight mientras usaba las plumas de sus alas para secarse las lagrimas.

 – ¿no crees que le estás dando demasiadas vueltas? – Alego Spike con preocupación – digo, si no hay respuestas en ningún otro lado ¿Por qué no se lo preguntas directamente a la princesa Celestia? – sugirió el dragón morado.

Twilight suspiró con pesadez y reflexiono un momento...
 – Como dije antes no quería molestarlas, pero parece que no tengo opción – sentenció la princesa – veré que Starlight se encargue de las actividades de la escuela – añadió la Alicornio con cansancio.

 – Lo arreglare por ti Twilight – dijo Spike poniendo una garra sobre el hombro de la princesa.

 Twilight sonrió con ternura y dijo – Gracias Spike… –



Mientras tanto, en Sweet Apple acres.
 El firmamento azul oscuro lentamente se fue tiñendo de un naranja rojizo y se iba expandiendo desde el horizonte. El astro lunar movido por la princesa de la noche se retiraba, dándole paso al astro solar movido por la princesa Celestia.
 La luz dorada bañaba la granja ahuyentando las sombras y dándole la bienvenida a un nuevo día.

La familia Apple y sus dos invitados ya estaban sentados a la mesa, todos desayunaban y el ambiente estaba tan animado como siempre salvo por alguien. AppleJack parecía disgustada por algo lo que no pasó desapercibido para sus familiares.

 – ¡Bueno! ¡Muchas gracias! por el desayuno Big Mac – agradeció AppleJack a su hermano mayor. La poni granjera intentaba mostrar la misma actitud jovial de siempre – hoy me toca impartir clases, así que volveré tarde a la granja – agrego la poni color de arena.

 El unicornio blanco se adelantó a la puerta – permítame abrirle la puerta señorita Aj – dijo el inquilino mientras giñaba un ojo.
 El unicornio le abrió la puerta a la poni de tierra, pero esta solo le miro con disgusto y siguió su camino sin dirigirle la mirada.

  – yo le daría la misma respuesta. ¡puaf! – reprocho Pearl sacando la lengua.

La abuela Smith entre cerró los ojos viendo a su nieta mayor. Luego, le dedico otra mirada al unicornio – Magic ¿Por qué AppleJack parece molesta contigo? – preguntó la anciana.

  – nada serio, solo tuvimos un pequeño desacuerdo. Ya sabe un simple choque de ideas – respondió el unicornio con soltura.



 Hoy era el turno de AppleJack de impartir clases en la escuela de la amistad, por lo que Pearl la acompañaría.

Magic se despidió de la dragoncita pasándole el casco por la cabeza como siempre – pórtate bien Pearl y no seas grosera con tus compañeros – dijo Magic sonriendo cálidamente.

Pearl le dio la espalda al unicornio cruzando sus bracitos – ¡ja! ¿Por quién me tomas? Tú sabes que tengo educación – reclamo la dragoncita perlada.

 Guiña un ojo y dijo en tono burlón – No lo dudo, pero a veces se te olvida –

 – ¡¿Cómo dijiste?! – reprocho la bebe dragón.

 – ¡ja ja ja ja! Un clásico – dijo Magic entre risotadas. El unicornio dirigió su atención a la poni campirana y le dijo – espero que no te de muchos problemas en tu clase… – le deseó con una sonrisa.

La poni vaquera cierra los ojos y desvía la mirada – no creo que me de problemas… ¡Nop!… –

Big Mac y Applebloom terminaron de cargar los morrales de su hermana con todo lo que necesitaría incluido su almuerzo.
 Una vez listas Pearl y AppleJack partieron de la granja con rumbo a la escuela y en lo que los demás tardaban en perderlas de vista la abuela Smith se acerca a Magic.

 – Vaya, de verdad la hiciste enojar – dijo la yegua anciana con un tono de vos muy severo.

Magic sonrió tenuemente, guiñó un ojo y bromeo – ¿no será esa una señal de que en el fondo me adora? – Luego suspiró pesadamente –… admito que me porté mal, pero tampoco esperaba esa reacción. Creo que solo me queda disculparme – sentencio el unicornio blanco.

La abuela Smith siguió viéndolo con suspicacia – bien, así es como debe hablar un semental. Reconoce tus errores y as lo posible por enmendarlos – afirmo la anciana – pero mucho ojo con mi nieta. Te bajara todos los dientes si la lástimas – sentenció apuntando con el casco.

 – ¡Eyuup! – agrego Big Mac desde atrás de su abuela.

Magic se quedo parpadeando unos segundos en absoluto silencio -… ¡ho! No necesito que me lo diga, lo tengo muy presente. –

 – Bueno ya basta de charlas. Ustedes dos ¡a trabajar! – exclamo la anciana granjera por todo lo alto.



Ocho de la mañana en punto, día tres, Ponyville, Sugarcube Corner.
Una sombra se proyectó sobre la puerta y un casco color blanco crema martilló sobre la madera color rosa brillante. Tres golpes contundentes bastaron para llamarla a ella…

 – ¡Ya voy!♪ - dijo la voz de Pinkie pie desde el otro lado.
 Pinkie pie se dirige hacia la puerta dando saltitos y la abre.
 – ¡Magic hola! ¿Cómo estás? – dijo Pinkie pie recibiendo a su visitante.

El unicornio crema sonrió – hola Pinkie ¿Cómo estás? – saludó de forma serena.

Pinkie cerró los ojos y respondió – pues yo siempre estoy bien – la poni rosa abre los ojos y prosiguió – ¡ha! ¡Espera! ¿No estabas trabajando por las mañanas? – preguntó la poni rosa.

 – He… si… pero hoy termine temprano – respondió el unicornio.

 – ¡bueno!♪ ¿y qué te trae aquí Magic? – preguntó Pinkie.

  – Bueno, como tenia libre el resto de la mañana pensé que sería buena idea conocernos mejor – alego Magic mostrando sus dientes en una gran sonrisa.

La poni color rosa lo miro con seriedad mientras arqueaba lentamente una ceja – ¿enserio? – cuestionó Pinkie entrecerrando los ojos.

Magic lucia incomodo con el gesto de la poni e incluso podía verse una gota de sudor recorrer su mejilla – he… si, por supuesto. Después de todo nos conocimos apenas hace dos días, creo que no es suficiente para establecer una buena amistad…  ¿no crees? – respondió manteniendo su sonrisa.

Pinkie Pie hizo un gesto de duda y se acercó a él enfocándolo con uno de sus ojos. Gradualmente lo miro desde todos los ángulos, constantemente esbozando gestos faciales que oscilaban entre la seriedad y lo disparatado.
 La poni rosa dejo su cara a escasos centímetros de la del unicornio blanco. Magic se mantuvo a la expectativa, en silencio, en un vano intento por mantener su fachada.

  – ¡¡Te engañe!! – exclamo Pinkie soltando serpentinas por los aires rompiendo la atmosfera.

  – ¿ok…?  – respondió Magic, estaba con los ojos abiertos y seguramente queriendo entender que había pasado.

  – ¿Nunca te ha pasado que cuando alguien se te queda mirando feo y todo de repente se pone súper serio como en las películas de misterio o las de espías? – preguntó la poni rosa.

  – un par de veces en la vida, quizás – respondió Magic, permaneciendo en esa misma postura y parpadeando constantemente.

  – ¡pues yo si me lo pregunté! De hecho no solo me lo pregunté, lo puse a debate conmigo misma. Celebramos “el congreso de las Pinkies” dentro de mi cabeza, el tema fue tratado, votado, vetado, vuelto a discutir, aprobado y puesto en funciones de inmediato y estipula lo siguiente: “Pinkie pie (ósea su servidora) debe comprometerse a jugarle esta broma a al menos un poni antes de morir” – narro Pinkie pie.

Magic comenzó a reírse, mas por los nervios que por risa – ¡je je je je je! Sí, creo que me la jugaste – respondió pasándose un casco por la nuca.

 – ¡jajajaja! Cu-cuando me acuerdo de la cara que pusiste entonces, no puedo parar de reír… de hecho lo recuerdo como si hubiera pasado ayer – dijo Pinkie revolcándose en el suelo.

  – Pero paso recién… - replico Magic.

 – ¡eso lo vuelve aun mejor! – respondió Pinkie. La poni rosa se incorpora de nuevo y pregunta– así que ¿Dijiste que querías pasar el rato conmigo? ¿no? –

  – Sí, veras… – Magic hizo una pausa pensando en que le diría - ¡nunca he cocinado un pastel en mi vida! y pensé que tú podrías enseñarme – afirmó el unicornio crema, con una sonrisa enorme y boba mientras se fregaba la nuca con un casco.

  – ¡Aceptado! – Respondió la poni fiestera – oficialmente eres mi nuevo aprendiz de pastelero – declaró Pinkie con alegría.

  – Lo considerare un honor – dijo Magic con un deje de picardía.

Mientras tanto, Manehattan. En las afueras de la ciudad.
 Sobre lo alto de una colina yacía un enorme complejo amurallado y blanco, a un costado del portón principal podía leerse una placa con lo siguiente: “Acilo Arkanus para ponis dementes”.



Gritos espeluznantes resuenan entre las paredes de un estrecho pasillo de muros grises y puertas blancas, una pequeña ventana en la pared del fondo era lo único que lo iluminaba con una luz pálida y mortecina.
Podía escucharse el andar de ocho cascos abriéndose paso a través de la estancia, eran dos ponis de tierra envueltos en batas blancas, uno de ellos era bastante joven y parecía simpático con una actitud risueña, el otro era más viejo demostrando tener un aspecto severo y cansado.
Ambos ponis se detuvieron delante de una de las tantas puertas de alrededor, arriba del marco podía verse una placa blanca con el número cuatrocientos trece.

  – ¿y qué tiene de particular esta paciente? – preguntó uno de los ponis vestidos de psiquiatras.

  – Es difícil decirlo… - respondió con algo de duda el poni de tierra más veterano – hace casi cinco años ella vino aquí a confinarse voluntariamente. Nosotros obviamente la investigamos, nos tomo un tiempo pero la identificamos como Carnage Johnson, nativa de Rock Farm – dijo el doctor.

  – ¿Rock Farm? Eso está bastante lejos de aquí – replicó el poni más joven.

  – Lo más interesante ya viene muchacho – interrumpió el doctor veterano – hace décadas, la familia Johnson fue víctima de un horrible crimen, mataron al padre de la familia de manera brutal, su esposa que llevaba años en coma desapareció sin dejar rastro igual que la potra de los dos… – el doctor más viejo dejo de narrar entrando en un tenso silencio.

El doctor más joven vio a su colega con suspicacia.
 – ¿acaso ella lo hizo? – pregunto sin rodeos el joven psiquiatra.

  – No hay evidencia que apunte a ello y ella tampoco ha dicho nada. Es como una tumba – afirmo el doctor más viejo con severidad.

  – si, había leído en su diagnostico que se encuentra catatónica – dijo el semental más joven.

  - ¡Olvida esa basura! – Reprendió a su compañero – yo he tratado cientos de casos de catatonía en mi carrera y te aseguro que esa chica puede ser cualquier cosa, pero no es catatónica… – aseguró el doctor.  – La he tratado casi desde que llego aquí – retomó la palabra el poni mayor – ella casi nunca habla, solo lo hace si tiene una razón muy específica para eso, lo máximo que suelo obtener de ella son suspiros y algunos gruñidos. Pero lo que de verdad me perturba en esa chica es su mirada – dijo el poni veterano.

  – ¿su mirada? – pregunto extrañado el poni más joven.

  – ha tenido la misma mirada desde el primer día de terapia hasta hoy, en sus ojos no hay miedo, odio, ira o tristeza y mucho menos alegría, es como si no tuviera emociones. Cuando la veo a los ojos, solo veo un enorme hoyo negro que se traga toda emoción y eso mismo parecen sus ojos, dos agujeros apagados y vacios – dijo el psiquiatra – llevé a cabo numerosas terapias, pero ninguna parecía tener un efecto real sobre ella.
 También descubrí que tiene una extraordinaria tolerancia al dolor – finalizo el poni de tierra.

  – ho vamos ¡Doc! – Exclamó el joven con una sonrisa – la pintas como si fuera algún tipo de monstruo. Viejo esto no es una película ni una novela – reprocho el joven psiquiatra.

  – el diagnostico de catatonía se debe a que ella no presenta un comportamiento muy activo, puede quedarse sentada en la misma posición por horas contemplando nada más que el vacío, sin emanar ningún sonido más que el de su respiración. Pero no es ningún tipo de patología. Ella hace eso por motus propio, como si estuviera esperando algo – dijo el psiquiatra veterano haciendo caso omiso de su colega.

  – ¿Esperando algo? ¿Cómo un tipo de señal? – pregunto el Psiquiatra más joven con un deje de ironía.

  – me da escalofríos el solo imaginarme lo que podría estar esperando y que hará cuando eso llegue – dijo el Poni más viejo.

  – ¡bien! Creo que veré por mi mismo ese “abismo” del que habla – dijo el joven semental sin perder su actitud.

El psiquiatra más viejo sacó una llave y abrió la puerta… del otro lado había un cuarto acolchonado desde el piso hasta el techo y las cuatro paredes. Su residente se encontraba en la esquina del cuarto opuesta a la de la puerta, de espaldas y bien pegada a ese ángulo de la pared sin mover un solo musculo. No reaccionó ni al hecho de que la puerta se hubiera abierto ni a las palabras de sus visitantes, la única actividad notable en su cuerpo era la de la respiración e incluso esta era apenas perceptible…

 El psiquiatra más joven la mira desde la puerta y al bajar la mirada advierte la presencia de lápices muy gastados y de hojas de papel donde se habían hecho muchos bocetos – ¿dejan a una paciente sin camisa de fuerza tener al alcance algo con lo que podría lastimarse ella misma? – preguntó el poni de tierra visiblemente molesto.

 – Los lápices así como el papel son de las oficinas que están en el piso de abajo, hasta ahora nadie se explica cómo es que llegan aquí así como tampoco entendemos de qué forma le saca la punta a los lápices – respondió el psiquiatra más viejo.

  El poni de tierra más joven chasqueo la lengua ya arto de las historias del anciano – lo que digas – el joven pasó a dentro y mientras se iba acercando a la paciente le hecho un vistazo a los bocetos que estaban desparramados por el piso.
 Los dibujos en realidad eran planos de lo que parecían ser títeres o muñecos con diseños grotescos y aterradores, además de mostrar mecanismos sumamente complejos en su interior. El joven psiquiatra contempló los planos con curiosidad por unos segundos antes de seguir adelante.
 Pero al dar el siguiente paso este empezó a tener una sensación repentina y extraña. Todo su cuerpo estaba temblando nerviosamente y su respiración comenzó a agitarse, se sentía sobrecogido. Había algo en esa habitación, algo que no podía ver ni tocar, pero invadía por completo su espacio dándole una impresión semejante a la de estar sumergido en agua fría.
 El interior del cuarto enrareció hasta distorsionarse mientras toda la confianza del poni de tierra iba siendo remplazada por una profunda angustia.

 La poni mira de reojo a su visitante. Sus ojos eran violetas, pero estaban deslucidos y apagados como los de una muñeca… su pelaje era de tono gris sucio, su melena era negra y media corta cayéndole sobre la cara y una pequeña pinza era lo único que evitaba que su melena cubriera su ojo izquierdo…
Ver esas pupilas muertas fue suficiente para llenar de terror el corazón del semental.
 Él deseaba retroceder y marcharse lo antes posible, pero su cuerpo apenas le respondía…

  – d-Do-c – tartamudeo de forma temblorosa – q-que significa esto… Je je… ¿Qué demonios pasa con este cuarto? Ja ja ja ja…. – le decía el joven poni a su colega, aun que ni siquiera se volteo a verlo.
 El semental estaba sudando frio, sus ojos ahora estaban inyectados en sangre y se volvieron erráticos.

  – No es el cuarto…♠ - dijo una vos masculina y carrasposa.
 Era Striker. El poni vestido de vaquero había aparecido y entró al cuarto como si nada – si no su ocupante ♥ – finalizo el poni mientras pasaba por enfrente del médico.

El joven semental de repente sonrió de alivio – que bien – la garganta del poni de tierra se abrió dejando escapar una cascada de sangre, su cuerpo se desplomó al tiempo que sus últimos pensamientos rondaban su mente – Me siento aliviado, por qué… no seré yo quien deba lidiar con esto… ¿no es cierto eso Doc? – pensó el joven mientras la vida se le escapaba del cuerpo.

En el umbral de la puerta estaba el psiquiatra más viejo, postrado sobre un charco de su propia sangre igual que su colega.

El poni vaquero se aproximo a la paciente la cual seguía dándole la espalda.
 Mientras avanzaba este se llevó a la boca un naipe de póker manchado de sangre y lo lamio de manera casi lasciva.
  – mm… hola ¿Qué tal Carmy? ♥ – saludó Striker.
 El Poni terrestre tenía una mirada rasgada y perversa, con una mueca maliciosa adornando su semblante.

La poni de tierra volvió a voltearse ligeramente para mirar a Striker. Le dedico la misma mirada que al infortunado psiquiatra, una bacía y carente de todo interés. Unos leves gruñidos apenas alcanzaban a salir de su boca.

  – ¡ho! Parece que obtuve una reacción ♣ – dijo burlescamente el poni terrestre – en fin, me mandaron a buscarte – finalizó.
 Algo salió volando y rosó el cabello de  la poni incrustándose en la pared – La ultima orden fue “hagan lo que quieran hasta nuevo aviso.” ahora la orden es que todos nos reunamos, tu sabes en donde ♦ ¡Fin del mensaje!♪– dijo el poni vestido de vaquero.

 Lo que se había incrustado en la pared era una carta muy similar a la que recibió el poni vaquero en Applelosa, pero en este caso la ilustración y el titulo eran otros, en ella podía apreciarse a una especie de monstruo. Su cuerpo era una maraña de pelo negro indescifrable, con dos ojos saltones por encima y una boca perfectamente redonda y con hileras circulares de dientes serrados que parecían infinitos, tenía también cuatro garras que emergían de esa maraña de pelo para apuntar a los cuatro puntos cardinales. En el titulo de la carta podía leerse “El Devorador”.

Carmy toma la carta y aprecia la ilustración, pero ni su mirada ni su expresión cambiaron en algo.

  – ha sí, casi se me olvida algo mas – dijo Striker ya desde el umbral de la puerta – “ella está en Ponyville” – fue lo último que dijo el poni vaquero antes de retirarse esbozando una mueca torcida.

Al escuchar eso los ojos de Carmy se iluminaron fue como si la vida hubiera entrado a su cuerpo instantáneamente, incluso se le dibujo una tenue sonrisa.
 La poni de tierra mantuvo esa expresión y se dirigió a la salida del cuarto acolchonado.

El viejo Psiquiatra aun seguía vivo, pero débil, con la poca conciencia que le quedaba pudo ver como su paciente caminaba a su costado, esta se detuvo a verlo fijamente y le dedico una sonrisa, lo cual le había helado la poca sangre que le quedaba al doctor.
 Carmy jamás había sonreído o mostrado expresión alguna antes, pero aquello era aun más perturbador. Sus ojos aun con brillo eran sombríos y aquella sonrisa lucia como un gesto vacío, como si ella tuviera que forzarlo.

  – gracias por todo doctor, pero ahora debo irme… quiero jugar con mi amiga – dijo Carmy. Su voz era melodiosa y serena, a la vez que sombría y el tono era tan bajo que a veces parecía un susurro.

De regreso en Ponyville…

  – ¡¡ah!! – exclamó Pinkie pie poniéndose en alerta.

  – ¿pasa algo Pinkie? – Preguntó Magic.

  – Es raro. Por un segundo pensé que mi “Pinkie-Sentido” iba a activarse, pero parece que fue falsa alarma, lo que es súper ultra recontra raro al cubo, digo nunca antes había tenido una “falsa alarma de Pinkie-sentido”.
 Aun que dicen que “siempre hay una primera vez para todo”, quiere decir si es mi “primera vez”, seguramente abra una segunda, hasta una tercera o una cuarta, entonces dejaría de ser archí recontra híper raro y pasaría a ser común. Entonces ¿todo lo que ahora es común, alguna vez no lo fue?  – La poni rosa se quedo pensativa unos segundos… después de eso se encogió de hombros – en fin, ahora vamos a ver como salió este pastel. –
 Pinkie pie se dirigió a la mesa de la cocina, ahí estaba un pie de manzanas recién salido del horno. Lucia hermoso y tentador como nada que Pinkie hubiera hecho antes.
 La poni rosa inhalo profundamente el perfume del pastel – cielos Magic, para ser tu primer intento te quedo espectacular – añadió Pinkie Pie.

  – bueno, me concentré demasiado en la presentación je je je… – respondió Magic con una sonrisa nerviosa.

  – bien, es ¡¡hora de ver de que esta hecho este bebé!! – exclamó Pinkie sacando una rebanada.
 Pinkie separo la tajada del resto y como si saboreara cada segundo la fue acercando a su boca lo suficiente para dar la primera mordida y…



Pinkie Pie estaba en el baño, había estado vomitando sin parar por cinco minutos. Y Magic por su lado estaba frente a la puerta del baño esperándola.

El unicornio crema liberó un suspiro –… rayos, sabía que debí concentrarme en lo demás y no tanto en el exterior. Si Pearl se entera nunca me dejara en paz – dijo Magic algo molesto.

Pinkie Pie temblorosa salió del baño, su color rosa natural ahora estaba pálido y combinado con algo de verde – no… no te preocupes Magic, a todos nos ha salido un mal pastel al-alguna vez ¿sabes? i-incluso a mi – dijo la poni rosa conteniendo las nauseas.
 Pero un buche se formó nuevamente en su boca y tuvo que retirarse de nuevo al servicio.

 Magic se acercó a la puerta y golpeo dos veces en ella con un casco.

  – ¿Pinkie estas bien? Si quieres puedo ir por un médico – ofreció el unicornio.

El sonido del inodoro sonó de repente y la puerta se abrió.

  – ♪Nouti doki loki♪ - dijo Pinkie pie saliendo del baño. Su color había vuelto a la normalidad y su ánimo característico había regresado – ¡No hace falta Magic! ¡¿ya ves?! ¡Estoy como nueva! O quizás con algunas millas extra, pero es como si fuera nueva – alego la Poni rosa.

El unicornio rodó los ojos – lo interpretare como un “no gracias” – respondió.



Mientras tanto en la escuela de la amistad. La directora y princesa de la amistad se encontraba sentada en su oficina, con Spike y Starlight delante de ella.

 – Mandé tu mensaje a Canterlot como me pediste, Twilight – dijo Spike.

 – Bien. Starlight, quedaras a cargo de la escuela y de mis clases en mi ausencia, sigue con el itinerario programado para este día.
 AppleJack y Rainbow Dash imparten sus clases hoy. Fluttershy, Rarity y Pinkie están en su día libre, pero si ocurre una emergencia puedes pedirles ayuda – dijo Twilight dirigiendo la mirada a su alumna.

 – Despreocúpate Twilight, te aseguro que todo estará en orden cuando regreses – alego Starlight.

 – Bien, entonces ya me voy – dijo la Alicornio poniéndose de pie y saliendo de la oficina.



Los tres habían salido del edificio, pero Twilight no había dejado de revisar detalles del itinerario.

 – revisémoslo una vez más. La primera hora se tratara acerca de las diferencias de opinión entre tus amigos y tú. La segunda hora historia de la amistad,  empezaran con la fundación de Equestria y más adelante con la conformación de los pilares. Y para la tercera hora… – la Alicornio fue interrumpida.

  – ¡¡Twilight!! – Exclamo Starlight Glimer – deja de preocuparte, lo he memorizado bien todo – alegó la unicornio lila.

 – de acuerdo… solo estoy algo preocupada es todo, je, je – respondió la Alicornio violeta.
 Aun que pudiese aparentar normalidad, era claro para Starlight que algo tenía muy preocupada a Twilight y no eran sus clases ni confiarle la escuela. Spike era el único que sabía lo que estaba pasando.

 – Bien, supongo que entonces ya me voy… - dijo Twilight, su rostro forzó una sonrisa, al tiempo que unas gotas de sudor se asomaban tímidamente por las esquinas de su cara.
 Sus cascos temblaban ligeramente, e incluso le costaba extender las alas para iniciar el despegue. Finalmente emprendió el vuelo rumbo a Canterlot y Starlight y Spike se quedaron viéndola hasta desaparecer en el horizonte.

 – bien ¿me puedes explicar ahora que le está pasando a Twilight? – pregunto la unicornio Lila.

 – Pues, es muy largo de contar – respondió Spike rascándose la cabeza.



Mientras tanto en Sugarcube Corner…

En una robusta mesa de madera se hallaban unos cuantos pies de manzana, humeantes y apetitosos a primera vista.
 Pinkie Pie estaba inclinada sobre sus cascos delanteros, lo suficientemente cerca como para poder olfatear profundamente el humo de los pasteles. De hecho cada vez que inhalaba el perfume de las tartas, sus ojos se iban hacia atrás disfrutaba del aroma en un sentido erótico.

  – Mmm…. – la poni rosa meneaba sus caderas de lado a lado mientras lanzaba pequeños gemidos.

Magic solo permaneció atrás de ella expectante.

  – ¿Y qué tal? – pregunto Magic rompiendo el momento.

 – ¡ho! Yo estoy muy bien Magic ¿y tú? – respondió Pinkie jocosamente tras volver en sí misma.

  – me refiero a que si ¿los Pies están bien? – aclaro Magic apuntando hacia la mesa con un casco.

  – ¡Ah! Eso, pues no lo sé tontito, aun no los pruebo.
 Yo solo estaba… - respondió la poni rosa antes de hacer una fugaz pausa – disfrutando el momento… - dijo Pinkie en medio de una inhalación profunda que la dejo con la lengua colgándole.
 – ¡Ho! ¡Lo siento! Es que adoro el olor de la repostería recién orneada por la mañana – dijo la poni rosa saliendo de ese trance.

 – Es mitad de la tarde… - alego el unicornio blanco con una media sonrisa.

  – Pues bueno, mejor tarde que nunca – respondió la poni repostera encogiéndose de hombros.

En eso ambos ponis se lanzaron a reír.

 – ¡Jajajaja! bueno, creo que será mejor que los probemos de una vez – dijo Magic entre risas.

  – ¡Oki doki! – respondió la poni fiestera.

La poni rosa escogió el primero de todos los pasteles en salir del horno, lucia tan apetitoso a la vista que era difícil no sentirse tentado.
  – mmm… parece que este si se puede comer – alego Pinkie.

  – Esta vez lo probaremos juntos, de esa manera el sufrimiento será compartido. Je, je – afirmo Magic con humor.

La Poni rosa tomo un cuchillo y lo pasó sobre la tarta separando una rebanada y dándosela a Magic. El unicornio mordió la punta de su porción, masticándola con cuidado.
 Mientras que Pinkie se trago el resto del pie de una sentada para luego relamerse.
  – mm… pues no está mal… – dijo Pinkie con una sonrisa. Al poco tiempo se vio cómo tragó con dificultad lo que traía en la boca.

 –Al menos es comestible – dijo el unicornio blanco mientras masticaba con dificultad.

  – ¡Ho! No te preocupes Magic con unos diez mil intentos te aseguro que los harás tan buenos como yo, quizás diez mil diez – alegó la poni de tierra.

  – Bien… - el unicornio toma una pausa mientras se despereza - hemos cocinado toda la mañana ¿aun tienes trabajo? – pregunto el unicornio blanco.

  – De hecho, ahora que lo dices mi horario de trabajo termina en… - dijo la poni rosa mientras dibujaba un reloj sobre su casco con un marcador – ¡ahora! – finalizo la Poni fiestera.

  – ¿sabes lo que significa eso Magic? – Pregunto Pinkie pie mientras invadía el espacio personal del unicornio.

  – Sorpréndeme – respondió de forma jocosa el forastero.

  – hora de ¡¡una fiesta!! – Exclamo Pinkie llevando sus cascos al aire – pero ¿si solo somos dos se puede considerar una fiesta? – Se pregunto la poni rosa cruzándose de cascos y tocándose la punta del mentón con uno – ¡ho! ¡Ya se! ¡Ya se! ¡Gummy está aquí! Con Gummy somos tres y tres son multitud, por ende podemos tener una fiesta – razonó la poni de tierra mientras sacaba a su mascota cocodrilo de… algún lado.

Al poco tiempo en el cuarto de Pinkie…

Pinkie Pie estaba en medio de su habitación bailando al son de la música y utilizando a su querido Gummy como compañero de baile.
 Magic se encontraba también ahí de pie observando a la poni fiestera.

  – ¡Vamos Magic baila! Si no, no sería una fiesta – alegó la Poni rosa.

  – de acuerdo, pero no te rías si hago el ridículo – respondió el unicornio blanco.

  – ¡ha! no te preocupes Magic, yo siempre estoy haciendo el ridículo – respondió Pinkie pie mientras seguía bailando.

 El unicornio se puso a lado de Pinkie y comenzó a bailar a su manera al son de la música, su torpeza e improvisación eran palpables, pero no importaba.

  – ¡así se hace Magic! ¡Siente el ritmo! – exclamo Pinkie pie.
 La poni rosa estaba parada sobre sus patas traseras y con las patas delanteras extendidas de lado a lado, comenzó a agitarlas como si fuera de gelatina.

  – Que buenos movimientos. Si yo intentara eso seguramente me dislocaría algo – dijo Magic – pero… - Prosiguió el unicornio.
 Magic dio una voltereta en el aire y se apoyo sobre uno de sus cascos delanteros quedando de cabeza, posteriormente intentó dar vueltas sobre sí mismo… al Principio el truco parecía funcionar, pero rápidamente el unicornio blanco perdió el control del movimiento y termino estrellándose contra unas cajas de regalos bacías.

Pinkie Pie al ver esto se acerco rápidamente – ¡Magic! ¿Estás bien? – Preguntó la poni rosa.

El unicornio saca la cabeza de entre las cajas y los envoltorios – bueno… en mi cabeza el truco salía mejor je, je, je – dijo el unicornio blanco guiñando un ojo – supongo que eso me hace ¿un “uní-desastre”? – finalizo en lo que fue un intento de juego de palabras.

Pinkie Pie se echo a reír a carcajadas, estuvo cinco minutos riéndose sin descanso, hasta que finalmente se detuvo.
  – ¡ah! No es tan gracioso Magic. Mejor deja los chistes a los profesionales – dijo Pinkie Pie fingiendo seriedad.

Magic también rió con la ironía de Pinkie.


La una de la mañana ya había caído y Magic se estaba yendo.

  – Nos vemos Magic – se despidió Pinkie Pie desde la puerta del sugarcube corner.

 - igualmente – respondió el unicornio ya fuera de la confitería.

 – adiós, dulce sueños – se despidió Pinkie desde la puerta.

 – ¡adiós Pinkie! – respondió Magic un poco más lejos.

  – ¡Hasta pronto!♪ - reitero Pinkie desde la puerta.

  - ¡adiós! – grito Magic un poco más lejos que antes.

  – ¡ADIOS! ¡ADIOS! ¡ADIOS! ¡ADIOS! ¡ADIOS! ¡ADIOS! ¡ADIOS! ¡ADIOS! ¡ADIOS! – Es clamaba Pinkie Pie frenéticamente mientras no dejaba de sacudir el casco.

Magic ya se encontraba muy lejos para escucharla…
 El unicornio blanco suspiro profundamente y dijo – por todos los guardianes, pensé que nunca saldría de ahí – reprochó Magic con cansancio – me agrada, pero por desgracia mi energía tiene un límite. Creo que mejor me esfumare por hoy – dijo Magic de forma quejumbrosa. Lentamente los contornos de su cuerpo empezaban a iluminarse con un resplandor azul eléctrico que iba haciéndose mas y mas brillante – la Próxima vez que Magic necesite un favor que alguien más se ocupe de la rosadita, porque yo no – del cuerpo del equino comenzaron a escapar pequeñas chispas luminosas, de lejos parecían enjambres de luciérnagas las cuales se esparcían por el aire.
 De aquél unicornio blanco solo quedó una silueta de luz la cual se desintegró por completo en estas extrañas partículas.

Continuara…

Soy consciente de que no he subido capítulos nuevos en más de un año. El año pasado empecé la universidad y acabo de terminar el segundo. Y estoy seguro que no soy el único cuya vida se hizo un caos por culpa de la pandemia.
Como sea, ahora estoy de vacaciones así que me di el tiempo de terminar este capítulo, el cual me costó demasiado. La idea era hacer un capitulo donde Pinkie y Magic pasaran un día juntos y se hicieran mas cercanos, lamentablemente me di cuenta que ellos dos juntos no tenían demasiada química, eso o quizás soy yo quien no ha logrado darles química. Por lo que no he quedado satisfecho con este capítulo.
Pero bueno díganme ustedes ¿qué les pareció? ¿Tienen preguntas? ¿Sugerencias? ¿Quejas?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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by Lobezno
Carnague Jhonson (Carmy) verción lapiz y tinta
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Last in pool
Esta vez Magic pasara su día en compañía de Pinkie pie, con rizas, sorpresas y pasteles, mientras esto ocurre Twilight se ve cada vez mas demacrada por sus sueños, teniendo un presentimiento atroz se ve forzada a pedir la guía de la princesa Celestia.
Al mismo tiempo en un manicomio de Manehatan, una misteriosa poni de tierra es liberada.

Keywords
dragon 139,306, pony 102,663, oc 72,243, unicorn 29,031, magic 23,602, mlp:fim 12,593, earth pony 12,188, alicorn 10,320, gore 9,858, fanfic 1,554, mistery 62
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