Disclaimer:
Esta obra fue realizada por pleno gusto y diversión como una teoría sobre el origen total del digimundo y demás. Es mi versión, así que no planeo ofender ni refutar la del autor de “Digimon” aunque intentaré acoplar todos los detalles. Además, yo no soy dueño de “Digimon”, pertenece a Toei Animation y Bandai. Esta obra no tiene un fin lucrativo ni comercial. Está realizada con el simple motivo de entretener y tratar de esclarecer los hechos previos a todas las series y/o manga y novelas de “Digimon”.
Sin embargo si soy dueño de los nombres de los personajes originales en esta historia (Los cinco miembros de la familia Shinsei {Kaji, Riku, Yamii, Koori y Kazehime [Kaze]}, Los cinco digimon originales y todas sus formas digievolucionadas.)
¡El fuego y la tierra digitalizados… Ryudramon y Wolkamimon!
Los sonidos del digivice resonaban por el campo mientras que Riku y Kaji se quejaban con las chispitas púrpuras que brincaban de sus sienes.
– Como pensaba, al parecer con excepción de nuestra resistencia de choque, todos nuestros poderes y habilidades están anulados – gruñó Yamii leyendo las lecturas del digivice.
– ¿Entonces estamos fritos, no? – soltó Riku suspirando mientras se quitaba los nodos de las sienes.
– No necesariamente. – dijo Kaji imitando a su gemela – Eso solo significa que debemos ser más cuidadosos.
– ¿Entonces nos haremos armaduras o algo así? – preguntó Kaze mientras terminaba de limpiar la herida de Koori, había recibido un corte justo en la pierna lo que había roto parte de su bermuda.
– No creo que podamos – dijo pensativo Kaji se necesita una gran cantidad de digizoid para hacer una armadura. Sería más seguro ser cuidadosos, aunque quizá si podríamos hacernos algo para nuestra defensa personal.
– Entonces dime donde está la reserva más cercana de digizoid porque el digivice no la muestra – reclamó Riku.
– Si ese es el caso, cada quien tendrá que ser responsable de encontrar una vena para sí mismo. – dijo Yamii revisando su digivice – Por lo que veo, los comandos de generación de materiales están bloqueados en el digivice también. Pareciera como si alguien nos estuviera limitando.
– Pues sea así o no, tenemos que encontrar a ese “maestro” que mencionó Piedmon – dijo Kaji mirando su digivice y luego a Demidramon quien visiblemente estaba preocupado al igual que los otros.
– Kaji, ¿Estarán bien-demi? – preguntó el pequeño dragón rojo.
– Claro, no te preocupes por eso Demidramon – dijo sonriendo Kaji.
– Pero… – comenzó piomon bajando la mirada – Si ustedes, son heridos…
– Nosotros podemos revivir, – completó la idea chibikromon – pero ustedes no.
– Tranquilo chibikromon. – sonrió Koori – Nosotros estaremos bien.
Yamii simplemente escuchaba aquello. Por una parte le parecía bien que sus hermanos parecieran confiados y seguros de sí mismos. Por otra, era irritante. Sabían que las palabras de tranquilidad que Koori había dicho no eran del todo ciertas.
– ¿Supongo que tenemos que movernos de aquí no? – comentó Yamii haciendo aparecer el mapa en el digivice.
– Tienes razón. – murmuró Ebimon mirando el mapa – lo mejor sería ir directo a la montaña mugen, aunque… quizá villa Hollow sería más útil.
– Erpetomon tiene razón – asintió licaemon.
– ¿Esperen, no se supone que no recordaban mucho? – preguntó Kaze.
– Pero eso está en nuestra data básica-demi – sonrió demidramon acercándose hacia Kaji.
– ¿Entonces villa Hollow? – preguntó Koori mirando hacia la salida de la ciudad del inicio.
– Parece ser el único lugar – dijo Riku encogiéndose de hombros y avanzando hacia la salida.
En aquella sala iluminada de un tono azul pálido una esfera de cristal mostraba a los cinco niños y sus digimon mientras que se encaminaban a la villa Hollow. Desde las sombras varias siluetas más oscuras miraban atentamente. Con paso decidido, Piedmon se acercó a la esfera poniendo la mano en ella mientras le dedicaba una fría sonrisa a sus compañeros.
– Maestro, como le dije los cinco están aquí ya, aunque supongo que eso ya lo…
– Lo sabia Piedmon. – dijo una voz mecánica y digital – Esos cinco fueron quienes me diseñaron, pero si deseo cumplir mi sueño, entonces debemos eliminarlos… mis Royal Knights.
– ¡Como ordene maestro Yggdrasil! – exclamaron todos los presentes en aquel lugar.
– ¿Qué desea que hagamos entonces? – preguntó una de las siluetas saliendo a la luz y revelando un digimon oscuro con cuernos y piel pálida.
– Sólo ordene y sus órdenes serán cumplidas – decretó otro digimon vestido con un atuendo vampírico, cabello rubio y una máscara roja.
– Devimon, Vamdemon… – murmuró Yggdrasil – Me parece más que excelente. Piedmon se encargará de guiarlos.
– Espere majestad. – dijo otra de las figuras dejando ver un digimon de apariencia retorcida, brazos largos y una mirada maniaca.
– ¿A qué debería esperar Diaboromon? – preguntó nuevamente Yggdrasil.
– Ellos, juntos son básicamente invencibles. – dijo Diaboromon – Pero si los separa…
– En eso puede que tengas razón Diaboromon – dijo Yggdrasil.
– ¿Entonces cuáles son sus órdenes maestro? – preguntó otra de las figuras ahí presentes. Un digimon pálido, alto, de aspecto demacrado y largo cabello rojizo y ojos totalmente negros.
– Nekromon, mis órdenes son… – comenzó Yggdrasil – ¡SEPARENLOS!
– ¡Como ordene su majestad! – gritaron en concordia todos los presentes, quienes se habían revelado y quiénes no.
– Mientras tanto, yo, su gran amo buscaré una forma de poder acceder de nuevo al digimundo – dijo Yggdrasil elevándose como una esfera luminosa hacia la cámara superior.
– ¡El maestro Yggdrasil ha hablado! – gritó Piedmon a todos los demás.
– ¿Pero quién te puso a cargo? – gruñó un digimon dragón de color negro con armadura cubriendo su cuerpo, dejando al descubierto unos ojos totalmente rojos – Sólo tienes esa autoridad porque nosotros los cinco oscuros no estamos reunidos aun.
– Tú… – gruñó Piedmon – ¡Ya verás! Le demostraré al amo Yggdrasil que ustedes no son más que nosotros… ¡YA LO VERÁS YOUKAIDRAMON!
– Lo dices como si tus palabras me importaran. – rió Youkaidramon – tú y tu grupo de “Royal Knights” si es que se les puede llamar así, no son más que una piedra en nuestros pies.
Youkaidramon se dio la vuelta mientras que una puerta se digitalizaba a un lado de la habitación y él salía por ella mirando en burla a Piedmon.
– Sólo espera a que los otros cuatro terminen sus misiones. – rió guturalmente – Tengo entendido que Youkaiwolmon casi ha terminado sus labores y está a punto de regresar.
– ¿Y-Youkaiwolmon? – balbuceó algo aterrado Piedmon. Sabía a la perfección de que él solo no era rival para alguno de los cinco cuyos nombres iniciaban con “Youkai”… Pero si dos se unían contra el…
– Te lo advierto “niño” ustedes son más jóvenes… – rió nuevamente Youkaidramon – Y no tienen más que sueños de grandeza.
Piedmon se quedó viendo a Youkaidramon alejarse. Y aunque parecía firme en el exterior internamente temblaba ante la probabilidad de tener que enfrentarse a esos cinco.
– Bien “Caballeros”. – dijo ocultando su miedo Piedmon – Ya tienen sus labores, separar a los creadores. Veamos quién puede hacerlo primero.
***
El camino hacia villa Hollow había sido extenuante a pie. No se quejaban realmente por ello pero los pequeños digimon se veían bastante cansados. Los niños pensaron que lo más indicado sería dejarlos descansar, pero eso había sido tres horas atrás y los pequeños insistieron en continuar, aunque para esos momentos, ya iban en brazos u hombros de sus compañeros.
– ¡Kaji tengo hambre-demi! –refunfuñó Demidramon.
– Lo siento Demidramon, no tengo nada de comida en este momento.
– Vamos Demidramon, de seguro los bareman podrán darnos algo de comer – sonrió Ebimon.
– Sí, no seas tan llorón Demidramon – rió Chibikromon.
– ¡Sólo tengo hambre no soy un llorón! – gruñó Demidramon.
Todos rieron ante su débil defensa mientras continuaban su camino hasta llegar a un arco lleno de velas que marcaba la entrada de villa Hollow. Habían llegado al sitio más sombrio del digimundo según recordaban, aunque en realidad, solo parecía una fiesta un poco exagerada de halloween. Frente a ellos flotaban en todos sentidos los Bakemon, algunos alterados, otros apresurados, pero todos con una visible cara de miedo y terror.
Los primeros en pasar el arco fueron Koori y Chibikromon, seguidos por Riku y Kaji junto con sus compañeros.
– Bien, a leguas se nota que algo está pasando por aquí – se limitó a decir Licaemon.
– Eso quiere decir que no nos darán de comer-demi… – dijo tristemente Demidramon.
– ¿Eres un glotón lo sabías? – soltó Kaji al mismo tiempo que Chibikromon.
Aquella plática llamó la atención de los Bakemon quienes de inmediato voltearon a atacar a los presentes. Sus manos alargadas se estrellaron en el suelo mientras que Kaji, Koori y Riku retrocedían esquivando cada movimiento que podían, aunque uno que otro les pasaba demasiado cerca. Finalmente, un ataque logró alcanzar la pierna de Koori y el Bakemon lo levantó en el aire haciéndole soltar a Chibikromon.
– ¡Waah! ¡Ayuda! – gritó Koori mientras era sacudido por el digimon en frenesí.
– ¡KOORI! – gritó en respuesta Chibikromon lanzándose sobre el Bakemon mordiéndolo, pero fue repelido por otros mientras que el que sostenía a Koori se elevaba un poco más dispuesto a dejarlo caer.
– ¡Tranquilo Koori-demi! – gritó Demidramon bajando de los brazos de Kaji – ¡FIERY ROLL!
El pequeño dragón se rodeó de fuego creando una rueda que comenzó a girar a gran velocidad y salió despedida contra el Bakemon que sostenía a Koori. Varios otros intentaron detenerlo, pero la fricción y el calor les hizo retroceder dejando libre paso entre Demidramon y su objetivo. El impacto resultante obligó al Bakemon a soltar a Koori quien cayó gritando hasta que lo atraparon Yamii, quien iba llegando a la carrera, y Kaji.
– ¿Cómo estás? – preguntó Yamii.
– ¡¿Qué clase de pregunta es esa?! – gritó Koori agitando los brazos – Casi me estrello en el suelo y preguntas “¿cómo estás?” – imitó la voz de Yamii – ¡Pregunta cosas más inteligentes!
– Tranquilo, tranquilo… – intervino Kaji viendo al totalmente alterado Koori y a Yamii algo ruborizado tratando de no admitir que realmente había metido la pata con su pregunta.
– ¡Chibkromon! – gruñó Koori casi echando fuego por los ojos – ¡Muerde a Yamii! ¡Muérdelo, muérdelo fuerte!
– K-Koori… – murmuró el pequeño digimon cocodrilo mirando a Yamii con un rostro de “no puede ser…”
– Ya, ya… – intervino Ebimon mientras que los Bakemon parecían confundidos por la reacción de los chicos – Bien, ya confundieron a los fantasmas ahora sería útil que alguien…
– ¡HOLA! – se adelantó Kaze saludando con una gran sonrisa a los bakemon, muy cerca de ellos para su propia seguridad, dejando a los otros cuatro blancos – No tienen porque atacarnos…
– ¿Huh? – musitó el Bakemon que había levantado a Koori – ¿No atacar? Nosotros no atacamos… nos defendimos…
– Pero nosotros no los atacamos en primer lugar – sonrió Kaze nuevamente con sus mejillas sonrojadas.
– ¿No atacaron? – preguntó el Bakemon tratando de inclinar la cabeza un poco mientras que los otros atrás de él parecían totalmente confundidos – Pero estaban gritando y el chiquito decía que nos quería comer – apunto a Demidramon.
– ¡¿QUÉ?! – retrocedió a la defensiva Demidramon con los ojos blancos – ¡Y-yo no dije que me los quería comer… dije que quería que me dieran de comer!
– ¡Ohh! – exclamaron todos los Bakemon.
– En realidad, todos estamos algo hambrientos. – sonrió nuevamente Kaze – ¿Será que tengan algo de comida de la cual nos puedan convidar?
– Claro – respondió el líder Bakemon volteándose a los demás – ¡Comida! ¡Ahora!
Los Bakemon flotaron lejos de ahí a gran velocidad mientras que Kaze se despedía de ellos con la mano y una amplia sonrisa. Cuando los digimon estuvieron lejos de ellos, la pequeña se acercó a Kaji, Yamii y Koori mirándolos con los ojos algo cerrados y una sonrisa bribona.
– Así se aclaran los problemas… – comenzó – ¡TRIO DE IDIOTAS! – dejó con aquello a los tres chicos en shock, al igual que a sus digimon.
– Y se supone que es la más pequeña y tierna de la familia – murmuró Riku cubriendo su rostro con una mano.
– Las apariencias engañan… – murmuró también Licaemon – Y Kaze es sin duda una rosa con muchas espinas alrededor.
Luego de casi una hora, los Bakemon regresaron guiando a los niños y sus compañeros a una iglesia donde tenían una gran mesa con varios manjares que dejaron a Demidramon babeando.
– Nuestro “jefe” dijo que los atendiéramos bien – dijo el Bakemon con el que habló Kaze.
– ¿Su jefe? – preguntó Kaji mirando a los Bakemon, temiendo una emboscada o algo similar.
– Sí… Yo les dije que los atendieran bien – dijo un digimon nuevo saliendo de las sombras y plantándose lo mejor que podía frente a ellos. Su cuerpo era un cascarón de huevo, con un número uno tatuado en un lado, que dejaba ver un par de ojos amarillos y sus piernas de reptil verdes se doblaban un poco.
– ¡Digitamamon! – exclamó Koori corriendo al digimon y abrazándolo. Lo había visto en el laboratorio un par de veces y se llevaba bien con él.
– Jajaja no se emocione tanto Koori-sama… – volteó a ver al Bakemon líder – ¡AHORA TU DISCULPATE!
– L-L-Lo siento… – dijo el Bakemon acercándose a Koori aunque este no le prestó tanta atención por estar cerca de aquel otro digimon.
– Bien, ahora todos largo… ¡a trabajar! – gritó Digitamamon – ¡El restaurante no funcionará si se la pasan holgazaneando!
– P-pero… Digitamamon-sama… – comenzó uno de los Bakemon.
– ¡¿Le tienen miedo a un platillo amenazante?! – gritó mostrándose molesto – ¡Si es así, se mojarán las sabanas al verme molesto!
– ¡H-h-hai Digitamamon-sama! – gritaron aterrados los Bakemon flotando a gran velocidad lejos de ahí en dirección a la cocina.
– ¿Un restaurante? – preguntó Kaze mirando a intervalos a Digitamamon y a la comida. No había querido admitirlo antes, pero ella y Riku no comieron nada antes de llegar al digimundo, así que, al menos ella, estaba hambrienta.
– ¡Sí! – exclamó lleno de emoción Digitamamon – He decidido que podría abrir un restaurante o una cadena de restaurantes… a ninguno de los otros Digitamamon se les había ocurrido eso así que pensé que sería bueno.
– ¡Eso me parece excelente Digitamamon! – sonrió Koori tomando asiento mientras que Digitamamon se paraba frente a ellos viéndolos por sobre la comida.
– Bien, ustedes serán los degustadores entonces, señores creadores – dijo riendo Digitamamon – ¡Espero nuestros manjares sean de su agrado!
Los chicos y sus digimon comenzaron a comer quedando maravillados por el delicioso sabor. Algunos platillos eran muy dulces, otros eran salados y la combinación los hacía deliciosos. Por otra parte, también había platillos ácidos y picantes. Una gran mezcla de sabores y texturas que se mezclaban a la perfección en la boca de los niños y sus digimon.
– ¡Vaya! – Exclamó Piomon – ¡Esta comida está deliciosa!
– Es un placer oír eso – sonrió Digitamamon.
– En serio, tuviste una maravillosa idea en abrir un restaurante. – dijo Ebimon sonriendo mientras comía una tarta con la ayuda de sus pequeñas garras – ¿Tú cocinaste o los Bakemon lo hicieron?
– Ojojo… ¡Todo ha sido preparado por mí! – sonrió Digitamamon – Los Bakemon solo consiguen los ingredientes.
Los chicos se miraron entre ellos por unos momentos. Si los Bakemon tenían miedo de los ingredientes, entonces… era mejor no pensar en ellos y simplemente disfrutar la comida. Rieron nerviosamente por un instante y luego continuaron alimentándose.
Digitamamon se quedo viendo, orgulloso de que su sazón gustara tanto. Pero aquel agradable momento se vio interrumpido por un temblor. Los chicos sin pensarlo dos veces se pusieron en pie y corrieron fuera de la iglesia seguidos por Digitamamon y ya afuera, los Bakemon se les unieron. Por donde habían entrado, había un cráter y el arco de la entrada había desaparecido sin dejar rastro. Y justo en medio del cráter, se encontraba Piedmon con su sonrisa escalofriante.
– Así que aquí es donde acabaron. – sonrió Piedmon – Pensé que se quedarían en la ciudad del inicio temblando de miedo. Tuve que destruirla por completo pero no los encontré.
– ¡¿Q-Que tú hiciste qué?! – gruñó Kaji lleno de ira.
– ¿Es una lástima verdad? – rió Piedmon – Y con sus Digivice a menos del treinta por ciento de su capacidad, no pueden hacer nada para reconstruirla y traer de vuelta a los digimon que han creado y nosotros exterminamos.
– ¡E-Eso no es posible! – chilló Kaze pensando en lo que pasaría si alguno de los digimon que llegaban a conocer era asesinado.
– Así es… como por ejemplo, si mato a… tu compañera – Piedmon hizo aparecer una espada y la lanzó a Piomon.
– ¡Cuidado! – gritó Digitamamon cerrando su caparazón y protegiendo a la pequeña digimon.
– Muchas gracias – dijo algo jadeante Piomon.
– No es nada, mientras esté encerrado en esta coraza no podrán hacerme nada – rió Digitamamon.
– Puedo encargarme de todos a la vez pero… – dijo Piedmon con una atroz risa – Prefiero que uno de mis sirvientes se divierta.
Piedmon alzó la mano y en el cráter se empezó a formar un vórtice oscuro del cual comenzó a salir un digimon mecánico con un tatuaje en el brazo en forma de calavera pintada de payaso. El digimon miró a los cinco chicos y dio un paso hacia ellos.
– ¿Un Andromon? – preguntó Riku percatándose del tatuaje – ¿Y eso?
– Nuestro maestro decidió que si un digimon vale la pena para su “ejercito” puede controlarlo de esta manera. – rió Piedmon – La marca siniestra varía dependiendo de quién la ponga, aunque personalmente creo que la que me fue asignada es la más elegante.
– ¡No puedo creerlo! – gruñó Yamii – ¡Dinos quién es tu maestro!
– Lo siento, pero no estoy autorizado a revelar esa información – respondió con una sonrisa cínica Piedmon.
– ¡Maldito! ¡Responde nuestra pregunta! – gritó Riku.
– Lo único que puedo decirles es que nuestro maestro se ha hecho llamar Yggdrasil. – sonrió Piedmon al ver la cara de confusión de los chicos. Tocó el hombro de Andromon y este comenzó a moverse hacia ellos – Acabalos…
El digimon androide avanzó hacia los niños con pasos pesados pero seguros. Kaji y Riku instinctivamente se pusieron a la defensiva de sus hermanos menores junto con Demidramon y Licaemon.
– Esos patéticos digimon no serán una molestia. – se burló Piedmon del intento de los chicos – Apenas están en su etapa de entrenamiento. Andromon está en su etapa ultra.
– En eso te equivocas – sonrió Kaji.
– ¡Demidramon es muy fuerte para estar en esta etapa-demi! – exclamó Demidramon dando un paso al frente.
– Yo también soy bastante fuerte – dijo Licaemon avanzando hasta ponerse a la par con Demidramon.
– Espada… ¡Deslumbrante! – exclamó Andromon disparando un rayo de luz hacia ambos digimon.
Demidramon y Licaemon esquivaron brincando a un lado mientras que Demidramon se envolvía en llamas de nuevo.
– ¡Fiery Roll! – gritó lanzándose contra Andromon e impactándolo en el pecho haciéndolo perder el equilibrio, dejando impactado por su fuerza a Piedmon.
– ¡Spike Roll! – exclamó licaemon haciéndose bolita y sacando una sespinas de piedra de su cuerpo imitando a Demidramon impactando a Andromon haciéndolo caer.
Ambos digimon repitieron su ataque aplastando al digimon ultra dejándolo incosnciente.
– ¿Suficiente de nuestra fuerza para ti Piedmon? – preguntó Kaji.
– Interesante, debo admitir. – se limitó a decir Piedmon mirando a Andromon – Esta basura ya no me sirve – lanzó una espada al pecho del digimon y este se desintegró.
– ¡MALDITO! – gruñó Riku al ver aquello – ¡¿POR QUÉ LO HICISTE?!
– Para encargarme de ustedes – rió Piedmon haciendo aparecer dos espadas y lanzándolas directo al rostro de Kaji y Riku.
– ¡KAJI! – gritó Demidramon corriendo hacia Kaji.
– ¡RIKU! – gritó a la par Licaemon corriendo hacia su camarada.
Ambos digivice lanzaron una luz dorada que se dirigió a los pequeños digimon que corrían.
– Demidramon… ¡SHINKA! – mientras seguía avanzando y su cuerpo se recubría con aquella luz, cambiando, haciéndose muchísimo más grande y bloqueando con su mano la espada dejándola clavada al suelo – ¡RYUDRAMON!
– Licaemon… ¡SHINKA! – corriendo recubierto de esa luz a gran velocidad mientras su pequeño cuerpo aumentaba de tamaño también y de él salian protuberancias afiladas y su cola hacía lo mismo. Golpeó con la cola brillante la espada y la dejó a un lado rota por la mitad de forma transversal– ¡WOLKAMIMON!
– ¡Ryudramon! – exclamó asombrado Kaji quien había tropezado intentando retroceder.
– Yo… Kaji – sonrió el alto digimon con una V hacia atrás en la frente y cabello castaño en la cabeza. Su cuerpecito desnudo había cambiado a un fuerte cuerpo de dragón con un chaleco blanco cubriendo su pecho y en manos y patas tenía protectores decorados con flamas y un par de líneas doradas que también aparecían en su rostro.
– ¿Estás bien Riku? – preguntó Wolkamimon revelando que el pequeño lobo de pelaje azul y plateado tenía ahora más pelaje cubriéndolo, con sus patas de color plata y unas afiladas garras. De su cuerpo salían varias cuchillas y en la frente tenía una más alargada que las otras.
– S-si Wolkamimon – sonrió Riku poniéndose en pie al mismo tiempo que Kaji.
– ¡No te perdonaré esto! – gruñó Ryudramon tomando la espada partida por la mitad, una mitad en cada mano – ¡Jamás te perdonare que intentaras matar a KAJI!
– ¡Y yo no puedo perdonarte que intentaras matar a Riku! – gruñó Wolkamimon.
Ambos digimon se abalanzaron contra Piedmon lanzando cortes y zarpazos a gran velocidad haciendo que Piedmon se aterrara de aquello. Jamás imaginó que esos pequeños digievolucionarían así y mucho menos que serían tan poderosos. Entre ataque y ataque, Wolkamimon y Ryudramon lograron destrozar parte de la ropa de Piedmon pero no consiguieron un mayor daño. Era bastante rápido, aun para ellos.
– ¡Malditos… esto no se quedará asi! – gruñó Piedmon – M-mi atuendo… ¡Mi perfecto atuendo!
– No seas narcisista – rió Ryudramon empuñando ambas espadas fuertemente.
– La belleza no lo es todo – se burló Wolkamimon.
– ¡Me las pagarán! – gritó Piedmon contraatacando pero siendo repelido por ambos digimon.
Ryudramon dio un salto hacia atrás y soltando la espada partida alzo una mano sonriendo amenazantemente. Wolkamimon por su parte se hizo a un lado mientras que sus cuchillas brillaban de color azul cristalino.
– ¡Heavy Metal Damashi! – gritó Ryudramon lanzando una nota musical de fuego hacia la cara de Piedmon.
– ¡Sword Burst! – grito a su vez Wolkamimon y la luz que se había acumulado en las cuchillas salió despedida como rayos hacia Piedmon alcanzando el mismo punto en que las flamas lanzadas por Ryudramon impactaron.
Piedmon retrocedió lanzando un grito y cubriendo su rostro con las manos únicamente dejando a la vista un ojo. Gruñó por lo bajo y alcanzó a ver como Wolkamimon y Ryudramon se lanzaban sobre él para dar el golpe final, pero en ese momento un destello negro los golpeó lanzándolos hacia atrás e impactándolos contra sus respectivos compañeros.
– ¡¿Qué rayos fue eso?! – exclamó Kaji luego de recibir entre sus brazos a Ryudramon y rodar por el suelo unas cuantas veces igual que Riku.
– ¡PATETICO, PIEDMON! – gruñó una voz áspera y gruesa – Tenías una misión, ¿Acaso no lo recuerdas? ¿Porqué decidiste ir en contra de ellos directamente?
– Y-Youkaidramon… – gruñó Piedmon mirando al enorme dragón negro de ojos rojos.
– ¿Youkaidramon? – preguntó Riku y volteó a ver a Kaji para descubrirlo temblando de terror ante el nombre – Kaji…
– N-no es posible… ¡No puede ser! – gritó Kaji.
– ¿Supongo que te darás una idea de contra quien vas verdad? – preguntó Demidramon lanzando una onda expansiva que golpeó a los otros cuatro junto con sus digimon separándolos. Unos portales negros aparecieron tras de ellos y cada pareja entró en uno diferente, menos Kaji quien quedó de rodillas viendo a Youkaidramon mientras Ryudramon trataba de jalarlo lejos de ahí.
– No puede ser… no… no puede…
Youkaidramon tomó a Kaji y a Ryudramon entre sus manos apretándolos causando gritos por parte de ambos. Un portal negro se creó a sus pies y él sonrió.
– Te podría matar ahora, pero Yggdrasil tiene otros planes para ustedes… – se limitó a decir soltando a Kaji y Ryudramon, inconscientes, dentro del portal, viéndolos ser tragados por este y desaparecer.
– Youkaidramon… no tenías que venir – gruñó Piedmon.
– Salvé tu maldito trasero payaso… – rugió Youkaidramon.
– ¡M-Malditos! – gritó a lo lejos Digitamamon – ¡Sindrome Oculto!
– No molesten basuras – dijo en voz baja Youkaidramon extendiendo la mano y lanzando un rayo violeta de esta que desintegró a los Bakemon y Digitamamon en cuestión de un segundo.
– ¿Qué haces aquí? – preguntó Piedmon.
– Sospeché que intentarías algo como esto así que vine a salvar tu trasero como dije. – gruñó Youkaidramon – Ahora regresa a ponerte algo de ropa y que te curen el rostro…
Piedmon se limitó a lanzarme una mirada de odio puro a Youkaidramon mientras desaparecía en un portal negro y el dragón se quedaba viendo la villa ahora vacía.
Con los cinco chicos separados… ¿Qué ocurrirá con el digimundo? ¿Por qué Kaji se quedó tan impactado ante Youkaidramon? Y… ¿Quién o qué es ese tal Yggdrasil que mencionó Piedmon? Sin duda lo que ellos deseaban era separarlos, romper su fuerza de unión… los chicos deberán buscar la forma de reencontrarse si quieren cumplir su función como protectores del digimundo.
