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DavidRedFox
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Jenny y el bosque del Alba

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De aquí en adelante les narraré una historia sobre el pequeño-gran cambio de los miembros de este, el bosque del Alba. Tenemos a Rojo, el sabio y astuto zorro que vivía en la cima de la colina. Lupin, de todos los lobos el más audaz y fuerte, innato protector del bosque. Trixie, la sigilosa y persuasiva espía del supuesto rey del Alba, única serpiente capaz de lograr sus metas no con fuerzas, mas si con sapiencia. Y claro, Cerberus el puma;  de todos los animales que viven ahí, era aquel que sentía un placer colosal al poder probar el odio y la tristeza que otros sufrían. Jefe de Trixie, autoproclamado rey del Alba, un tirano poseedor de un ingenio manipulador.
Pero aquella que forma parte de esta historia para darle un inicio es Jenny. Al principio, una solitaria y pequeña cierva; su hogar, su vida entera se había desvanecido desde aquel día en el que su bosque se había quemado, y pereció todo aquel y aquello que ella amaba ante la destructiva furia ígnea. Ahora, una cierva adulta, que atrae miradas de muchos y la envidia de otros, llega al bosque del Alba para así dar inicio a nuestro relato.

Lupin como siempre, salió cuando el primer rayo de luz fue visible. Cada mañana le gustaba dar una caminata para así vigilar el bosque mientras todos dormían plácidamente. En ese instante, Jenny ya empezaba a divisar el gran bosque, lo miraba con asombro y enorme expectativa de encontrar algo nuevo en este precioso lugar, asi que siguió avanzando hasta adentrarse en él. De la nada Lupin escuchó un sonido leve entre los árboles de la frontera.
- “Debe ser otro de los secuaces de Cerberus, vamos a darle un buen susto” Dijo mientras sonreía con un leve aspecto picaresco.
Jenny no paraba de mirar a todos lados, le encantaba ver la naturaleza tan viva, danzante con el viento de la mañana, seguía avanzando, sin prestar mayor atención a otra cosa que no sea el bosque. Lupin estiraba sus músculos, se preparó y de repente empezó a correr velozmente en dirección al origen de las débiles pisadas, no tenía idea de que le aguardaba, pero la emoción de comenzar el día dándole una lección a un “lacayo de Cerberus” le era razón suficiente para no contenerse. Estaba muy cerca, lo sentía claramente, no lo pensó dos veces, saltó por los aires con todo el impulso ganado y cayó encima de aquel supuesto secuaz, lo tenía contra el suelo presionando con las almohadillas de sus patas el pecho de este. En aquel instante, sin siquiera abrir los ojos después de todo esto, tomó aire y soltó un gran gruñido que estremeció a los árboles por tanta ferocidad. Le encantaba abrir los ojos justo después para ver la cara de temor de quienes lo escuchaban; cuando lo hizo, por poco muere de a pena.
Era Jenny a quien escuchó, era ella sobre la cual saltó, era ella la que se encontraba debajo de las almohadillas de sus patas; y fue ella la que en ese preciso instante terminó por desmayarse de la sorpresa.
- “¡Oh no, Oh no! Debo encontrar a Rojo en este instante” Dijo mientras colocaba a la ligera cierva en su lomo para llevarla a la cima de la colina.
Echó a correr como un rayo, procuró que Jenny no resbale ni siquiera un poco hasta llegar donde Rojo. Al entrar, el zorro se encontraba en un pequeño rincón donde después de la lluvia caían pequeñas gotas del rocío de algunas plantas; Lupin en su afán, terminó por chocar con Rojo haciendo que él a su vez chocase con el pequeño rincón, provocando así que todas las pequeñas gotas cayesen y mojasen su pelaje.
- “¡Rojo ayúdame! No era mi intención, yo solo estaba jugando, pensaba que era alguno de los miembros del clan de Cerberus” Dijo Lupin mientras colocaba a Jenny suavemente en el suelo.

- “Solo a ti se te ocurre hacer este tipo de juegos con ciervas de prado, no me sorprende que se haya desmayado” Contestó Rojo mientras cortaba unas flores y las dejaba cerca de la nariz de Jenny.

- “¿Y-Y se pondrá bien? Tiene que estar bien ¿lo estará? Dime que sí Rojo”.

- “Tranquilo, se despertará al cabo de unos minutos; tráele agua y un poco de comida. Tendrá hambre y sed cuando lo haga”.

- “¡Entendido! Dijo Lupin levantando la voz y echándose a la carrera”.

- “¡Espera Lupin necesito decirte algo!”.

En ese momento, disimulando su sonrisa, cuando Lupin ya se encontraba suficientemente cerca, Rojo se sacudió muy rápido empapándolo con gran facilidad.
- “Te quería decir que no corras, es todo” Dijo así mientras reía por haber logrado su objetivo.

- “Está bien está bien, me lo merecía por lo que te hice, discúlpame” Respondió Lupin mientras sonreía y se dirigía de vuelta al bosque.


La luz ya comenzaba a filtrarse a la madriguera de Rojo minutos más tarde, los tenues rayos acariciaban el delicado rostro de Jenny mientras las flores la adornaban. Y fue aquí donde entró de vuelta Lupin, en ese preciso instante donde se percató por primera vez lo hermosa que era, embobado hasta tal punto por dicha imagen, Rojo se le interpuso para que vuelva a la realidad del momento.
- “¡Ejemmm!... Tal vez a Romeo le interese saber que ya está limpia la madriguera después del percance con el agua”.

- “Hmmm… ¿Qué cosa disculpa? Me perdí en ella es decir en el ya no correr para lo regar la comida ni agua” Dijo Lupin tratando de disimular lo que por error de su corazón logró escapar de su hocico.

- “Claro, como tu digas. Mira ya está limpia la parte de atrás que se había empapado con agua y restos de plantas” Contestó Rojo mientras daba la vuela a sus ojos remarcando la obviedad de las palabras que Lupin quiso ocultar.

Antes de que Lupin contestase repentinamente Jenny se movió, Rojo avanzó primero y la miró, ella abría sus ojos lentamente mientras seguía recostada
- “¿D-Donde estoy?… ¿qué fue lo que pasó?” La cierva dijo tomando un vistazo poco detallado del zorro.

- “Tranquila, te desmayaste unos minutos atrás, un amigo mío te trajo aquí porque te encontró y ha estado preocupado por ti” Rojo repuso con una sonrisa amistosa.

- “Que tierno de su parte, el haberme traído hasta aquí sin siquiera conocerme dice mucho de lo bueno y considerado que es al conocer a alguien. Quisiera darle las gracias”.

- “Pues yo en lo personal preferiría que…”.

Cuando de la nada Lupin apareció por detrás de la espalda de Rojo donde había estado todo el tiempo, se puso cara a cara con Jenny y le sonrió de manera muy amistosa; desafortunadamente con su manía de mostrar los grandes y filudos colmillos que poseía.
- “Hola; hm se que parece que quería comerte pero…”.
Los ojos de Jenny lo miraban con un pánico único para ese preciso instante. Ella no lo dejó terminar. La cierva cabeceó de frente a Lupin y se puso de pie rápidamente, donde por si fuera poco, dándose la vuelta lo pateó contra una de las paredes de la madriguera y salió de esta aterrada. Rojo no podía aguantar las ganas de reír, se tiró al suelo y soltó una carcajada monumental mientras el pobre Lupin se recuperaba aún del aturdimiento de los golpes
- “¿Qué luz es la que asoma por aquella ventana? ¡Es el Oriente! ¡Y Julieta es el sol! Jajaja. Hoy en día hasta Julieta le enseña Karate a Romeo, y claro ahí está la prueba, lo dejó viendo solecitos” Dijo Rojo después de haber hecho un gran esfuerzo para imitar a Shakespeare mientras giraba sobre su espalda aún riendo.

- “Que chica… me abatió en menos de lo que canta un gallo y le quedó energía para correr a quien sabe donde” Lupin sonrió también, feliz porque Jenny fue inclusive más de lo que él esperaba que fuera.

- “Búscala en el… claro de agua… llévale la comida” El vulpino dijo sin aire ya para seguir riendo, y menos para hablar, mientras estaba en el suelo de la madriguera tratando de ponerse de pie.

Lupin se puso en marcha, sonreía pensando en lo que pasó pero aun no lograba siquiera comprender


- “Se más sumiso, ten en consideración la pésima primera impresión. Deja la comida y retírate, será lo mejor”  el lobo se decía a si mismo mientras se acercaba al claro.
Aún dubitativo respecto a cómo darle la comida a Jenny, optó por lo más considerado que se le vino a la mente. Al verla de lejos, se puso al otro lado del claro de agua; ni un ruido se escuchaba, dejó la comida y mientras se retiraba con lentitud la llamó. Ella solo lo miraba retirarse y volver al bosque con una expresión cabizbaja en sí mismo, sabía por esa reacción de arrepentimiento y sumisión que nunca buscó dañarla.
Ella se acercó a la delgada corteza de árbol donde yacía la comida, notó que las bayas que habían sido recolectadas para ella ya llevaban algún tiempo esperando a ser comidas; Lupin había ido a verlas desde hace tiempo cuando ella aún seguía inconsciente. La cierva las comió todas y bebió un poco de agua, decidió ir a disculparse en la madriguera por lo brusco de su reacción respecto al lobo que desde un inicio la estuvo cuidando.
- “Debí escucharlo… estaba en una madriguera, sana y salva, era lógico que no buscaba comerme. Inclusive trajo comida para mí, tuvo que haber sido un accidente… debí escucharlo”.
Así lo hizo para cada pensamiento en el cual reflexionaba. Lo repetía y lo redundaba para ya nunca olvidarlo. Durante todo el camino de regreso, en voz baja, practicaba cómo pedirle disculpas para que ya no se sintiera mal por lo que le había hecho. Y fue así tras algunos minutos como llegó a la madriguera, sus ojos mirando al piso, aun hablando consigo misma; no se había percatado de que ya había entrado sin ser notada, hasta que de la nada chocó con Lupin que venía en dirección contraria a ella.
- “N-No te alteres, me iré ahora mismo… solo no huyas por favor” el lobo dijo algo nervioso, mientras bajaba su orejas y buscaba por donde salir.

- “¿Sigues herido?...” Jenny se le interpuso en su camino, se le acercó y revisó su cabeza de cerca.

- “Discúlpame, fue todo mi culpa. No debí haberte sorprendido así…” Lupin se sonrojó, levemente retrocedió un poco al sentir tan cerca a Jenny.

- “Tú solo me diste un gran susto hoy en la mañana, yo por otra parte te agredí muy salvajemente. Hasta cierto punto debería ser yo quien estuviese más apenada”.

- “Aun así, eres nueva por aquí, la primera impresión del lugar, y bueno… de mi, debió haber sido terrible”.

- “Pues, podríamos comenzar de nuevo, eres bastante lindo y después de todo mi único amigo por aquí. Mi nombre es Jenny, ¿cuál es el tuyo?”.

- “Lupin. Mucho gusto en conocerte Jenny. Me encantaría mostrarte los alrededores si me lo permites algún día, estoy seguro que te gustarán mucho”.

- “Estaría encantada Lupin. Si no te importa, adoraría si fuera ahora mismo…”.
Tímida y con una leve sonrisa que mostraba toda su ternura. Así es como Jenny se encontraba en aquel instante, no había duda de que ella sentía lo mismo que Lupin cuando se hablaban de esa manera. Pero todo eso parecía perfecto salvo por un pequeñísimo detalle, y aquel era que ni Jenny ni Lupin se acordaron de Rojo en aquel instante. Él se quedó disfrutando del show, los veía como si ellos pudiesen hacer una espléndida obra de teatro, juntos.
- “Y al final, el sol y la luna cara a cara se encuentran. Lupin y Jenny se conocen mientras Rojo disfruta la hermosa escena… Ayyy, a esto solo le falta un beso para cerrar con broche de oro” Rojo lo había dicho en tono suficiente como para que los dos escuchasen. En especial la parte del suspiro.
- “Pues… yo… es decir. Un gusto en conocerte, mi nombre es Jenny, ya lo escuchaste supongo” La cierva contestó muy sonrojada y ligeramente avergonzada.

- “Rojo el zorro, a tu servicio y al del bosque querida Jenny” El vulpino sonreía aun disfrutando la entera situación.

- “Aprovechen el día, en la noche tendremos que pensar en dónde será la nueva casa de Jenny si es que quiere quedarse algún tiempo por aquí”.

- “Si… si, es decir ¡SI! No hay duda de ello. Muchas gracias Rojo, la traeré de vuelta en la tarde”.

- “Hasta luego Rojo, gracias a los dos por la cálida bienvenida, de verdad… gracias”.
Estas sus últimas palabras antes de salir con Lupin, las pronunció con algo de nostalgia, recuerdos felices de su infancia que le venían a la mente con la hospitalidad de sus nuevos amigos. Ella se sentía de nuevo en casa.
Lo que no sabía es que el pasado la perseguía…
- “Mi rey, la he encontrado” decía una voz siseante en la oscuridad.

- “Excelente, excelente. Tras años de espera y búsqueda, vuelves a mí, te he encontrado. Jenny.”



El tiempo transcurría, Jenny se sentía un muy importante y valorado miembro de la familia cada día. La delicada cierva era tan feliz como lo era en su niñez. Pero el mal solo se estaba preparando, afilando sus garras y colmillos desgastados para poder revivir el dolor y la tristeza del día en el cual Jenny lo perdió todo. Sin que ella se lo espere, el día en el cual se destinaba el cumplimiento de aquel maquiavélico plan llegó sin ningún aviso.
Jenny se encontraba en el bosque, decidió recoger algunas plantas aromáticas y medicinales y así preparar un baño relajante para Rojo y Lupin a su regreso. Ellos se habían ido a limpiar parte del rio en la cual se estancaban ramas y demás cada año, volverían al finalizar la tarde según le habían dicho. De repente ella escuchaba su nombre en una parte alejada del bosque; con mucha curiosidad fue a investigar
- “Jenny… Jenny… Jenny” el eco reptante subía de tono a medida que ella se alejaba de la parte que conocía del bosque.

- “No puedo verte, está muy oscuro en aquel lugar” dijo ella mientras seguía avanzando con lentitud y algo de miedo a la parte petrificada del bosque lleno de cenizas y cubierto de hollín.

- “No temasss… somosss amigablesss… sigue mi voz y nosss verásss…”.

Así, la cierva seguía la misteriosa voz mientras se adentraba en aquella parte oscura y espesa del bosque. El ligero humo que invisible en el hollín flotaba, comenzaba a marear de poco en poco a Jenny, a causarle comezón en la garganta, a hacer que sus ojos lagrimeen por el débil pero constante ardor. Aun así ella continuaba, quería saber quién estaba detrás de todo esto. Hasta que finalmente llegó a un gran cueva, oscura y tenebrosa, esta causaba que su pelaje se erizara; no le gustaba en lo absoluto, mas aun así se decidió a entrar en su confusión causada por el vil humo y el hollín.
Dos grandes chimeneas donde se quemaban hojas y ramas extrañas mantenían el humo negro fluyendo hacia aquel parte del bosque que lentamente agonizaba hasta morir, en la mitad de las dos chimeneas una figura negra que poseía brillantes ojos amarillos yacía recostada sin retirar la mirada de Jenny.
- “Cuánto tiempo sin verte, solo mírate, toda una cierva adulta en comparación con la niña que hace años conocí. A pesar de todo sigues teniendo esa inocente mirada en tu rostro, es algo que no ha cambiado de ti” Dijo la gran sombra mientras se incorporaba y dejaba ver a un segundo ser que colgaba de su cuello.

- “Añosss de búsqueda inserviblesss, fuiste tú la que llego a nosotrosss” Añadió la segunda sombra que parecía una delgada cuerda con penetrantes ojos color verde.

- “Y ahora que estas aquí, después de mucho tiempo pensarlo quiero proponerte que te unas a mi… ¡A nosotros¡” Pronunciaron las dos voces al unísono mientras avanzaron y dejaron ver sus formas a la luz de las chimeneas.

- “C-Cerberus… T-Trixie…” La pobre cierva repuso con voz trémula, casi como si le hubieran quitado su razón de vivir en un segundo.

Jenny no podía creer lo que estaba sucediendo, su corazón roto en mil pedazos le obligaba a llorar desconsoladamente. Agitaba su cabeza tratando de negar la existencia de la situación en la que se encontraba, las cristalinas lagrimas se tornaban en negras perlas por lo insano del humo y el hollín antes de siquiera tocar el suelo. Una vez que salió de aquel transe causado por la sustancia que despedían las plantas al ser quemadas, se sintió sumamente vulnerable, débil, incapaz de siquiera recordar motivo alguno por el cual no debía aceptar su oferta.
- “Veo que no nos has olvidado. Es grato ser recordado por las maravillas que uno crea” Cerberus se dirigió a Jenny con una sonrisa maligna.

- “Me quitaste todo… fueron ustedes los causantes de mi más grande desgracia. ¡¿Acaso te parece maravilloso?!” Jenny dijo sumamente triste y enfadada.

- “Nunca dije que fuese un gusto común. Por mi parte, el verte tal y como estas, me hace querer repetir lo que hice una y otra vez para que no se pierda esa expresión en tu rostro. Quemaría el bosque en el que naciste hasta que las mismas cenizas lleguen a ser nada.” Acentuando su sonrisa y mostrando sus colmillos, Cerberus le contestó. En ese instante Trixie añadió.

- “Ven con nosotrosss, verásss que hay cosasss mejoresss que lo que tú llamasss familia y hogar”.

- “Me quitaron todo… yo no tengo nada… a nadie”.

- “Entonces ven. Te enseñaremos a ser como nosotros, vivirás como nosotros, te acostumbrarás a lo que nosotros llamamos familia”.

- “Yo… y-yo… acep…”.

Cuando a punto de cerrar una puerta de la cual no habría retorno una vez girada la perilla; una afectiva caricia en el rostro, una cola suave que la abrazaba, su nueva y verdadera familia junto a ella se encontraba. No había duda, eran Rojo y Lupin aquellos que estaban parados junto a Jenny. La estaban buscando, su familia, la verdadera familia de Jenny la buscó y ahora que la encontraron pensaban sacarla de este horrible lugar.
- “Pero miren nada más, si es el zorrillo y el perrito faldero que vienen a rescatar a la pobre damisela en peligro. Jajaja es hilarante” el puma, burlón, hacía gracia de lo que podía ver para ofender al vulpino y lupino.

- “Cerberus, dónde te habías metido todo este tiempo. Lupin y yo creímos que finalmente decidiste compartir un charco en algún lugar, con esa lombriz de agua sucia de Trixie. Es un gusto ver que sigues igual de horripilante como nos lo han dicho los habitantes de otros bosques, déjame decirte” Rojo repuso con una sonrisa astuta, mientras con Lupin no dejaban de reconfortar a Jenny.

- “Ya verásss zorro de pacotilla, no quedará nada de ti cuando terminemosss contigo, el lobo y la cierva”. Trixie repuso muy ofendida acentuando sus siseos.

- “Jenny se quedará con nosotros, lentamente la maldad corromperá su alma. Se olvidará de ustedes sin siquiera notarlo, ya lo verán. Yo personalmente me encargare de cepillar su suave pelaje hasta que adquiera esa tonalidad oscura que tan bien le quedaría”. Se acercó y movió su pata para acariciar el pelaje de Jenny.

- “¡No se te ocurra tocarla! ¡Eso solo fue una advertencia! Mis garras bien pueden sacarte toda tu pata o algo peor si llegas a tocarla” Lupin sumamente enfurecido dijo después de cortar superficialmente la pata del puma con un rápido movimiento de sus filudas garras.

Jenny solo podía observarlo todo con una mezcla de sentimientos infinita. No sabía qué era lo que debía hacer, le temblaban las patas, estaba asustada y muy triste. Cuando de pronto Lupin se volteó a ella que había retrocedido un poco, y le dijo de la manera más tierna posible que regrese a la madriguera… le prometió  que ellos volverían.


La cierva, sin palabras para describir lo que sentía, pero una mirada que gritaba al momento su inconformidad a la decisión impuesta por el lobo de retirarse, era lo único que ella podía hacer para ese entonces. Mientras Rojo procuraba que nadie rompiese ese momento, Lupin se acercó mucho a Jenny, le susurró al oído un “te amo” y solo así, ella, con la mayor tristeza que se pudieran imaginar salió llorando de la cueva de vuelta a la madriguera. Era este el comienzo del fin.
Cerberus corrió en persecución de Jenny, Lupin se le impulso y saltó hacia él para detenerlo, a su vez, Rojo ayudó a Lupin para asi frenar al gigante; entre los tres se libraba la mayor batalla. Trixie por su parte, cobardemente quiso escabullirse y huir. Mientras lo hacía chocó con una de las chimeneas, la cual, por los años y todo el fuego que deterioró las piedras de su base, colapsó. Todas las llamas se propagaban a una velocidad increíble, la segunda chimenea no resistió mucho antes de ceder también. Eran segundos apenas los que restaban antes de quedar atrapados en aquel horno de piedra y hollín.
Jenny corría lo más rápido que podía. Sus recuerdos, su familia, su pasado, todo a punto de perderse. ¿Acaso ella estaba destinada a perder todo aquello que le permitía vivir una verdadera vida?
Regresó a ver y solo pudo notar a la gran cueva desmoronarse… no observó a nadie salir de ella.

- “Hasta nunca Cerberus… tus propias acciones serán el fuego que te enjuicie este día” Lupin y Rojo dijeron al unísono mientras veían a la cueva aplastar todo a su alrededor.

- “¡Suéltenme! ¡No moriré aquí, me escuchan! ¡Esta cueva no será la tumba de Cerberus el gran y poderoso rey del Alba!
De pronto una gran roca ardiente como el sol cayó en dirección a los tres guerreros. Lupin y Rojo saltaron hacia los lados en el último instante para salvar sus vidas, Cerberus no tuvo tanta suerte. Irónicamente pereció ante la roca más grande y cubierta de hollín de toda la cueva y fue afortunadamente por la abertura que dejó la gran roca al caer, por la cual nuestros héroes llegaron a escapar de las garras ígneas de la guarida de Cerberus.
Para ese entonces, Jenny se encontraba en la madriguera. La pobre y desolada cierva se tiró al suelo a llorar sin consuelo alguno. Pensaba que de nuevo lo había perdido todo, y por tal, era la única que debía cargar con la culpa de su propia soledad. Cuando de la nada, en el instante más oportuno Rojo y Lupin entraron a aquella madriguera sin ser notados por Jenny y se le acercaron
- “Si. Lupin estaba igualito cuando vio Titanic y Jack daba su vida por su amada Rose. Era un drama tan puro y sentido que yo si le hubiera dado un Oscar” Lo dijo Rojo en voz alta para que Jenny lo escuche.

- “¡N-No fue así!... Es solo que mi patita había pisado una espina de una de las flores que tienes al fondo, es todo. Además no hice drama… bueno, ¡tanto drama!” Lupin muy sonrojado pero extremadamente feliz lo dijo dirigiéndose a Jenny.

- “¡Rojo! ¡Lupin! Y-Yo pensaba que ustedes…” Jenny no podía dar fe a lo que sus ojos veían en ese momento, era prácticamente imposible que los dos hayan podido sobrevivir a lo que ella vio
Se les acercó y muy afectuosa los llenó de caricias y abrazos. Ella  se sentía la más afortunada de todas en aquel instante.


Para aquellos que aun tienen curiosidad sobre qué fue lo que pasó después de esto, aquí tienen algunas repuestas:
Trixie logró escapar, ahora sigue los pasos de Jenny, está buscando su propio hogar en otro bosque
Si. Jenny ama a Lupin, y después de terminar la narración ellos no pararon de besarse
Rojo por otro lado, logró que Lupin y Jenny actúen en Romeo y Julieta, Titanic, y otras obras, además de algunas películas también.
Cerberus sigue debajo de la roca… Mmm sip, no creo que se pueda mover la verdad
Y así ocurrió. La vida y alegría de un solo ser causó este cambio tan drástico en todo el bosque. Fue Jenny, la única capaz de conmover el corazón de Lupin, ayudar a Rojo a través de la felicidad que le producía su compañía a todos a su alrededor, encontrar a Cerberus y Trixie para acabar con sus fechorías de una vez por todas, y sobre todo, fue la única en poder conseguir un hogar, una familia y el mejor lugar para poder vivir. El gran bosque del Alba.

Fin
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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A small story I wrote as a school project for some younger classmates (Spanish written)

Keywords
fox 233,101, wolf 182,367, vulpine 34,836, deer 27,448, reptile 26,165, love 23,495, snake 16,681, family 6,250, lupine 3,893, comedy 3,864, change 1,557, stories 307, newlife 4, kidsagedstories 1
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